miércoles, 22 de enero de 2014

CASO NUMERO 9

ESCUELA DE OFICIALES DE LA POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ




INFORME DE LECTURA N°09
LÓGICA
CASO: “EL MONSTRUO DE ARMENDARIZ”
APELLIDOS Y NOMBRES: TANTALEAN SANCHEZ RONAL
Año: Primero   Sección: 01   N° de Orden: 36 Fecha: 18 DIC 2013.
Catedrático: Mg.  Dante A. Hurtado Saravia


I. PRESENTACIÓN DEL CASO:
En 1957, en la Penitenciaría de Lima, fue fusilado Jorge Villanueva Torres. Tenía 35 años y era de raza negra. Fue acusado de violar y asesinar a un niño de 3 años. El testimonio de un vendedor de turrones, lo condenó a muerte. La prueba del delito fue una moneda de 20 centavos con que Villanueva pagó el dulce que supuestamente habría entregado al niño.
El jueves 9 de septiembre de 1954 la población peruana se estremeció al leer los titulares de los diarios nacionales. El cadáver de un niño de 3 años, Julio Hidalgo Zavala, fue hallado muerto entre los balnearios de Miraflores y Barranco. En ese momento las autoridades y la prensa se encargaron de tejer una leyenda y alimentar a un temor que coincidía con los prejuicios de la sociedad, “El monstruo de Armendáriz”.
Luego de una semana los medios señalaron al culpable. Jorge Villanueva Torres, que creció entre las esquinas del Jirón de la Unión y quien a sus 35 años ya había puesto los dos pies en una de las cárceles de Lima, era señalado como el asesino de Julio Hidalgo Zavala. Un sujeto de estatura baja, con tez morena, pinta de maleante y ojos marrones oscuros fue privado de su libertad puesto que encajaba con los prejuicios de una Lima sedienta de sangre.
Mientras que la prensa acrecentaba el temor en la sociedad un ser humano proclamaba su inocencia. La autopsia realizada al cuerpo del niño nunca mostró indicios de violación sexual. El racismo de una Lima moralista y conservadora promovió un sentimiento de venganza colectiva que se materializó en el fusilamiento de El monstruo de Armendáriz el 12 de diciembre de 1957. Al promediar las 5:30 a.m. el reo fue sacado de su celda en la Penitenciaría de Lima hasta el patio, donde sería ejecutado. Esposado, descalzo y vistiendo un overol azul gastado fue fusilado a sangre fría por aquellos que reclamaban justicia.
“Villanueva fue víctima de la “monstruitos”, un fenómeno que se difunde a través de los medios de comunicación y en el que se crean seres siniestros que aterrorizan a la sociedad y la hacen clamar por la aplicación de una terapéutica radical: la pena de muerte”, señaló Víctor Maúrtua, el escritor del libro “La pena de muerte y los delitos de violación”. Entonces, por qué en vez de alimentar monstruosidades no nos damos cuenta que nos convertimos en uno más del montón.




II. CRONOLOGÍA DEL CASO:


2.1. El jueves 9 de septiembre de 1954 la población peruana se estremeció al leer los titulares de los diarios nacionales.

2.2. Una semana los medios señalaron al culpable. Jorge Villanueva Torres, que creció entre las esquinas del Jirón de la Unión y quien a sus 35 años ya había puesto los dos pies en una de las cárceles de Lima.

2.3. La tarde del 14 de setiembre, un puñado de detectives informó a sus superiores que Jorge Villanueva había admitido ser el autor del crimen.

2.4. El 7 de octubre de 1956 fue llevado por última vez al Palacio de Justicia. Después de dos años de juicio en el Tercer Tribunal Correccional decidió emitir su fallo: la pena de muerte.

2.5. En diciembre de 1957 la Segunda Sala de la Corte Suprema inició la revisión de la condena. Pero todo fue inútil. Los vocales decidieron ratificar la pena.

2.6. Al amanecer del 12 de diciembre de 1957, la sentencia iba a ser ejecutada. Miles de personas se arremolinaran ante la Penitenciaría Central. A las 5 y 25 de la mañana, cinco vigilantes arrastraron a Villanueva hasta el paredón. Fue atado a un poste de tres metros de altura. Ocho guardias lo esperaban con sus fusiles en mano. Se dice que mientras el oficial impartía órdenes marciales, el condenado exclamaba: ¡Soy inocente!

2.7.
A las 5:36 de la mañana, una descarga lo silenció.


III. ANÁLISIS DE CASO

3.1. Argumento 1: El tema será muy interesante. Desde el punto de vista de la administración de "justicia" se podrá ver como en el Perú para los congresistas, los periodistas, jueces y fiscales, "todos somos culpables aunque se demuestre lo contrario".

3.2. Argumento 2: La autopsia indicaba que no había violación. Aun así la prensa y el público lo nombraron monstruo. La autopsia no era clara con la causa de la muerte. Aun así Villanueva lo mató. Un tipo “ajambado, de ojos rasgados y bajo de estatura” decían los testigos (¿testigos de qué?). Y todos concordaban en esa ciudad conservadora que más bien estaba dándoles voz a sus temores y prejuicios y a su sed de venganza. .

3.5. Argumento 3: “La gente estaba horrorizada y exigía un culpable que pagase por aquel hecho atroz”, explica Maúrtua, quien añade que, con su credibilidad en juego, la Policía se vio obligada a satisfacer esas demandas. Poco después apareció el candidato perfecto, Jorge Villanueva, quien era un delincuente de poca monta que frecuentaba la zona. Su destino cambió cuando fue señalado por un vendedor que aseguró que el hombre de raza negra le había comprado un turrón para dárselo al pequeño julio.

Pese a que el testigo se contradijo hasta en 30 ocasiones y que Villanueva clamó por su inocencia, sus antecedentes policiales no daban mucha fuerza a sus argumentos y fue condenado a la pena de muerte


3.5. Argumento 4: Ojo por ojo, al parecer la pena de muerte es la única solución para amedrentar aquellas personas que cometen crímenes inhumanos, sin embargo, no creo que la sociedad humana este suficiente preparada para aplicar penas tan severas. Es que acaso los políticos oportunistas, los jueces corruptos que toman decisiones en base a conveniencias personales.


3.5. Argumento 5: Una ley tan primitiva como es la ley del talión quiere aplicarse en pleno siglo XXI. En ella se busca otorgar un castigo equivalente a la del delito, sim importar convertirnos en criminales. La humanidad está pasando por un proceso e involutivo, convirtiéndose en bestias para calmar a otras.



IV. CONCLUSIONES:


4.1. El papel que juegan la presión social, los medios de comunicación y taras como el racismo y la venganza a la hora de juzgar a una persona.

4.2. “Definitivamente la justicia se equivoca y, al parecer, en este caso se equivocó. El problema detrás de eso es que había una terrible carga de racismo: siempre se escoge al más débil, al más pobre y desamparado para echarle la culpa y por eso es peligroso reinstaurar la pena de muerte. Villanueva Torres era un negro que no trabajaba, era un vago que chacchaba coca, y la sociedad quería castigar a alguien por el crimen. Era un hombre que no podía defenderse”.

4.3. Otra arista a tomar en cuenta en la problemática de la pena de muerte –y su ejecución– es el papel de informar verazmente que tienen los medios de comunicación.

4.4. La muchedumbre de alcurnia ponía la justicia al fusilar a un hombre que quizás no fue culpable, volvieron a investigar a todas las personas del lugar y bajo una investigación.
Minuciosa se encontró culpable al delator del otro, el verdadero culpable el heladero de aquel lugar, que podían decir los diarios ante tal aberración y el hecho erróneo de haberle quitado la vida a un inocente podían cambiar quizás los titulares.
4.5. Leí un comentario en caretas en la cual se decía que él no era el asesino sino más bien lo habían inculpado y que al parecer este menor había sido atropellado y se le mato como una forma de infundir respeto pues tengo entendido que ocurrió en el gobierno de una militar abra tenido algo de influencia esto.



V. ANEXOS

5.1. Anexo 01:

A 50 años del fusilamiento del Monstruo del Armendà ¡riz
El monstruo que Lima
Por Carmen Gallegos Pérez
"El protocolo de la autopsia estableció que no había signos de violación; ahora, la incógnita es despejar si en realidad se trata de un crimen".
(Capitán comisario de la Guardia Civil/ El Comercio, 12 de setiembre de 1954)
El jueves 9 de setiembre de 1954 los titulares de los diarios despertaban a una Lima de apenas medio millón de habitantes, con una noticia horrenda.
El cadáver de Julio Hidalgo Zavala, un niño de 3 años y medio, fue hallado en una covacha en la zona que entonces se conocía como la quebrada de Armendáriz, zona limítrofe entre los balnearios de Miraflores y Barranco.
El cuerpo fue encontrado en posición decúbito ventral (boca abajo) y basándose en este indicio las autoridades y la prensa comenzaron a tejer la historia del "anormal" que habrá violado al menor.
Así­ nacía un 'monstruo' que reunía todos los prejuicios y temores de una sociedad.
Las declaraciones de los vecinos a los diarios retrataron al feroz criminal: "un sujeto de estatura baja, azambado y de ojos rasgados". Inmediatamente comenzó la cacería de brujas y las autoridades detuvieron a todo individuo con estas características.
Un turronero que trabajaba en la calle Atahualpa, hoy Alberto Laffón, donde vivía la familia de la víctima, afirmó que el homicida le compró una melcocha para el niño y se lo llevó de la mano.
Una semana después los diarios exponían como el asesino a Jorge Villanueva Torres, en un escaparate mediático. "Lo han hecho confesar" aplaudía la prensa.
Y aunque seguían el protocolo de autopsia de la víctima nunca hubo violación, la prensa lo calificó de depravado y de violador.
"Con indicios no se condena a muerte. No hay convicción, miente el turronero. En caso de duda hay que estar a lo favorable al reo, Individuo pro reo!"
(Carlos Enrique Melgar/ Abogado defensor)
Transcurrieron casi tres años de juicio cuando, ha pedido de Jorge Villanueva, el abogado Carlos Enrique Melgar tomó la defensa y logró que, en solo un mes y medio, se retire el cargo de violación. Pero los magistrados, sometidos a la presión popular, lo condenaron por homicidio.
Al promediar las 5:30 a.m. del 12 de diciembre de 1957, el reo fue sacado de su celda en la Penitenciara de Lima, situada en lo que hoy es el hotel Sheraton y el Centro Cívico.
El corazón debía latirle con fuerza mientras se acercaba esposado, descalzo y vistiendo un gastado overol azul, hasta el patio donde sería ejecutado.
Vector Maúrtua, quien se desempeñaba como médico legista durante el caso, presenció la ejecución. Incluso le colocó "la escarapela", un pedazo de cartón cubierto con un trapo negro en la zona del corazón como guía para sus verdugos.
En ese cartón, que conserva hasta hoy, quedaron los orificios de dos balas.
"Me llamó la atención que hasta el Último momento insistiera en su inocencia. Pueda­ el expediente del caso y me dijeron que estaba perdido. Pero logra© conseguir el protocolo de autopsia y no hay evidencias que prueben el crimen", advierte Maúrtua.
LA "MONSTRUITIS" DE LIMA
En su niñez Jorge Villanueva fue un "pájaro frutero". Así­ se llamaba en esa Época a los niños ladrones o "piratitas" de hoy. En su juventud, un ladronzuelo que hacía de las suyas en los tranvías, atiborrados de gente, que surcaban Lima. A sus 35 años ya había pisado la cárcel y era conocido como vago y ladrón de poca monta en las comisarás.
Para Manuel Jasas Orbegoso, periodista que siguió el caso, a Villanueva se le juzgó más por negro, vago y ladrón que por asesinar a un niño. "Lo peor de las ejecuciones que he presenciado es no tener la certeza de que el reo era culpable. Lo mismo ocurrió con el monstruo de Cajamarca, Udilberto Và ¡squez Bautista, ejecutado en 1970 por violar y asesinar a una pastora. Se convirtió en un santo popular."
Vector Maúrtua ensaya una teoría para la desgracia de Villanueva en su libro "La pena de muerte y los delitos de violación": Villanueva fue víctima de la "monstruitis", un fenómeno que se difunde a través de los medios de comunicación, creadores de seres siniestros que aterrorizan a la sociedad y la hacen clamar por la aplicación de una terapéutica radical: la pena de muerte.
El infortunio persiguió a Villanueva hasta después de su deceso. En 1996, un periodista de este diario buscó su tumba en el cementerio Presbítero Maestro, en el distrito de El Agustino.
Descubrió que sus restos tuvieron que ser incinerados por falta de pago en 1964.
Su historia dio origen a un mártir entre los presos, una canción y una película, pero a pesar de todas las pistas de su inocencia, nunca dejaron de llamarlo Monstruo.


5.2. Anexo 02:








VI. BIBLIOGRAFÍA

6.1. https://www.google.com.pe/search?q=el+monstruo+de+armendariz&biw=1093&bih=538&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=3xmvUtm1CMjbkQeI3YCYBg&ved=0CC8QsAQ
6.2. http://www.larepublica.pe/13-08-2006/hablan-los-testigos-de-las-ejecuciones
6.3. http://www.mundopoesia.com/foros/showthread.php?t=401511
6.4. http://www.librodearena.com/post/ericksarff/la-historia-del-monstruo-de-armendariz/62943/6503
6.5. http://elcomercio.pe/edicionimpresa/Html/2007-12-09/a-50-anos-fusilamiento-monstruo-armendariz.html

6.6. http://www.larepublica.pe/columnistas/limando/el-monstruo-19-03-2012

6.7. http://snorius.wordpress.com/tag/el-monstruo-de-armendariz/


















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              C1 Tantalean Sánchez Ronal

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